Arquitectura popular

En Pazos de Borbén no hay ejemplos de construcciones monumentales, pero hay muchas pequeñas construcciones con encanto y conjuntos arquitectónicos interesantes que hablan de la espiritualidad, de las tradiciones y de las formas de vida del mundo agrario tradicional. Las construcciones vinculadas al aprovechamiento de las aguas se tratan aparte, en el apartado La cultura del agua

→ IGLESIAS

A lo largo de todo el ayuntamiento podemos encontrar multitud de hermosas iglesias, datadas todas ellas en los siglos XVI, XVII, y XVIII, levantándose algunas sobre restos de construcciones románicas, restos que aún conservan las iglesias de San Sadurniño de Amoedo y San Martiño de Nespereira.
En algunas parroquias podemos encontrar importantes conjuntos arquitectónicos formados por una iglesia, su correspondiente casa rectoral y su cementerio parroquial. Un bonito ejemplo es Sta. María de Pazos.
Aunque estas iglesias se fueran construyendo con aportaciones de varios estilos arquitectónicos europeos, el resultado en todas ellas es tan similar en su estructura y tipología que podríamos cabalmente decir que cuentan con un estilo propio, que podríamos llamar estilo rural gallego. Un buen ejemplo es la iglesia de Xunqueiras.

Iglesia de Amoedo
– San Sadurniño

Iglesia de Borbén
– Santiago

Iglesia de Cepeda
– San Pedro

Iglesia de A Ermida
– Nuestra Señora de la Anunciación

Iglesia de Moscoso
– San Paio

Iglesia de Nespereira
– San Martiño

Iglesia de Pazos
– Santa María

Iglesia de As Xunqueiras
– San Salvador

→ ATRIOS Y CEMENTERIOS

Normalmente este tipo de iglesias disponen de pequeños recintos a su redor, los atrios. El atrio siempre aparece cercado por muretes bajos de mampostería, o también por pequeñas paredes de sillería a las que se adosa por su interior un banco corrido.
Hasta principios del siglo XX los enterramientos se realizaban en el suelo de estos recintos, formando las lápidas el enlosado del atrio de la Iglesia. Este tipo de cementerios fueron desapareciendo en todas las parroquias de Pazos de Borbén, conservándose únicamente el de San Martiño de Nespereira.
Durante el siglo XX se fueron añadiendo panteones dentro del atrio de la iglesia. Uno de los cementerios más conocidos en este estilo es lo de Xunqueiras, que destaca por la espectacularidad de los trabajos en piedra de sus grandes panteones.

Iglesia y panteones de As Xunqueiras

Iglesia de Nespereira – Detalle del atrio

→ PETOS DE ÁNIMAS

En cuanto a los Petos de ánimas, destaca el de la parroquia de Pazos, importante monumento religioso de gran interés etnográfico. Su construcción se fija en el siglo XVIII. Está situado en una encrucijada de la parte central de la parroquia. La devoción a las ánimas sigue viva entre las gentes, que suelen llevarles como ofrenda patatas y maíz con formas raras

Peto de ánimas de Pazos
(Cruce frente a antiguo Ayuntamiento)

Peto de ánimas de Borbén
– Carretera a Mondariz, (cerca del límite municipal)

→ HÓRREOS

Cientos de hórreis desparramados por todos los núcleos de población, ahora ya en desuso, aunque la mayoría bien conservados, dan fe de un reciente pasado agrícola en nuestra zona. Se utilizaban para guardar el grano y las cosechas, especialmente el maíz. En general son de hechura cuidadosa y elaborada y expresan la importancia que tuvo para la subsistencia del labrador lo que en él se guardaba. Los horreos solían construirse cerca de la casa.
Algunas de estas construcciones cuentan con esculturas en piedra que podemos llamar verdaderas obras de arte. Antiguamente la creencia era que estos finales de los hórreos le daban buena suerte, para que no se perdieran las cosecha y para espantar a las brujas.
Hoy en día los canastros o hórreos forman parte de un conjunto de hermosas construcciones que decoran y se integran en el paisaje.

→ FOSO DE LOBOS

LOS FOSOS

En el Ayuntamiento de Pazos de Borbén, concretamente en la parroquia de Moscoso, se encuentran los restos de un foso que se utilizaba antiguamente para la caza de los lobos.
Esta construcción estaba compuesta por dos muros de grandes dimensiones que formaban una uve convergiendo en un punto donde existe un agujero muy hondo en el suelo. Estos muros permitían conducir al lobo hasta dicho agujero, con el objetivo de dejarlos sin posibilidades de huir.
La antigüedad de esta contrución no está determinada. Lo que sí se sabe es que dejó de utilizarse aproximadamente la finales del siglo XIX
A pesar de que por desgracia la mayoría de las grandes piedras que formaban sus muros fueron «desapareciendo» con los años, aun hoy se pueden observar pequeños restos de esta curiosa construcción.